Las calles y carreteras están llenas de imprevistos; por ello, saber lo que llevas en tus manos cuando vas conduciendo es muy importante para tu seguridad y la de los demás.

Ser consciente de los errores que cometes cuando conduces te ayudará a mejorar tu actitud al volante y de esta forma, incrementará el nivel de seguridad en las calles y carreteras.

Además, adquiriendo las habilidades necesarias podrás reaccionar satisfactoriamente ante situaciones inesperadas y por tanto, estarás más tranquilo y seguro cuando viajes.

1. No mantener el coche y las llantas en buen estado

No solo es importante que tu coche luzca limpio y reluciente; debes comprobar que todo en su interior está en orden con un buen mantenimiento del vehículo; además, es cierto que las llantas son el único punto de unión con el asfalto y no en vano, pues si las llevas desgastadas correrás el riesgo de perder adherencia (y sufrir subviraje o sobreviraje), entre otros problemas; porque no, no es seguro circular con las llantas desgastadas 

2. No respetar la distancia de seguridad

Sí, todos tenemos prisa y es probable que te desesperes en más de una ocasión, pero circular pegado al coche de adelante es un auténtico peligro. Pues si el frena de repente, no te dará tiempo a detener tu auto y seguramente, sufrirás un impacto. Incluso a bajas velocidades, el resultado de un alcance por colisión puede ser dramático. 

3. Conducción de manera brusca y ‘a volantazos’

El correcto manejo del volante es fundamental, aunque si pierdes el control de tu vehículo en la carretera, el ESC (control electrónico de estabilidad) será vital para evitar sustos mayores. Pero no debes olvidar que el manejo del volante influye también en gran medida. Cuando derrapa el eje trasero el ESC te ayudará a mantener el control sobre el vehículo, pero también tendrás que hacer un contravolante para recuperar la trayectoria. 

4. No usar el cinturón de seguridad

Es lo que te mantiene a salvo dentro del coche. Llevar bien abrochado el cinturón de seguridad y el de tu familia, no solo evitará una multa económica, también aumentará tu seguridad. 

5. Ignorar el estado de las calles y carreteras

El estado de las calles y carreteras no siempre es el mejor, por no decir que siempre están en mal estado y llenas de baches. Por eso, tu conducción deberá ser acorde a estas. No es lo mismo circular por una autopista que por una calle con tráfico. Lluvias, baches, averías, noche… muchos son los peligros. Recuerda que debes adaptarte a ella para evitar correr riesgos innecesarios. Que una señal te indique que puedes circular a una velocidad máxima de 100 km/h no significa que siempre puedas hacerlo. Usa el sentido común… 

6. No respetar los límites de velocidad

Directamente relacionado con el punto anterior; debemos mantener una velocidad constante y adecuada a la vía por la que circulamos. Además, los expertos insisten en afirmar que a más velocidad, más muertes en carretera. 

7. Frenada de emergencia

¡Hazlo con ganas! Siempre que puedas, frenar con las llantas rectas es tu mejor opción cuando vayas a realizar una frenada de emergencia: una mayor adherencia y la máxima ayuda del sistema ABS marcan la diferencia. Si lo haces con las llantas giradas, éstas no trabajan igual y las distancias aumentan. Además, no olvides la importancia de frenar pisando también el embrague: así evitarás que tu coche se derrape y podrás reanudar más rápidamente la marcha.

8. Distraerte

Meter una dirección en el GPS del celular, cambiar de estación de radio, checar tu Facebook… Si crees que estás capacitado para hacer estas cosas mientras conduces – entre otras muchas – te equivocas. Las distracciones al volante son una de las principales causas de accidentes de tráfico así que no te la juegues. Aunque creas que puedes reaccionar a tiempo, mejor no tener que hacerlo y dedicarse exclusivamente a una conducción segura. 

9. Conducir fatigado

Es uno de los principales factores de riesgo: conducir cansado; la fatiga al volante te provocará ardor de ojos, visión borrosa, zumbido de oídos, pérdida de concentración… y por tanto, tus reflejos se verán disminuidos, por lo que tardarás más tiempo en frenar si es necesario, por lo que todos los anteriores consejos no tendrían mucho sentido. Lo mejor, para cuando te sientas incómodo o notes alguno de los síntomas que he mencionado, es detenerte, descansar e hidratarse.

10. Bebe… ¡pero nada de alcohol! Los efectos del alcohol y la fatiga están relacionados, por lo que al volante, cero alcohol. No beber (agua) es tan peligroso como ir borracho al volante; es más, los conductores que viajan con un nivel de hidratación insuficiente cometen el doble de errores que si estuvieran adecuadamente hidratados, revela el estudio «Deshidratación y Conducción» realizado en Reino Unido por científicos de la Universidad de Loughborough.